CATEQUESIS POR RADIO. ESCUELA RADIAL DE CATEQUESIS: 06/01/13

sábado, 1 de junio de 2013

IGLESIA 2 da parte






SEGUNDA CLASE:  La Iglesia según el Concilio Vaticano II
        El Concilio Vaticano II, reunido entre 1962 y 1965, elaboró 16 documentos:

4 Constituciones

9 Decretos

3 Declaraciones

        Hay cuatro documentos fundamentales para una comprensión renovada de la Iglesia:

Lumen Gentium              Constitución dogmatica sobre el misterio de la Iglesia
Unitatis Redintegratio    Decreto sobre el ecumenismo
Nostra Aetate                 Declaración sobre las relaciones con las religiones no cristianas
Gaudium et Spes                       Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual

        Hay 5 elementos de la Lumen Gentium que dan una nueva comprensión de la Iglesia:

1.     Comprende a Iglesia como una obra de la Trinidad (capítulo 1)
2.     Comprende a la Iglesia prioritariamente como Pueblo de Dios (capítulo 2)
3.     Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal (capítulo 3)
4.     Todos estamos llamados a la santidad (capítulo 5)
5.     La Iglesia será perfecta al final de los tiempos (capitulo 7)

1.  La Iglesia es la obra de la Trinidad

            La Iglesia es la gran obra de la Trinidad. El Padre tiene desde siempre un plan de salvación. Vino el Hijo, enviado por el Padre, y para hacer la voluntad del Padre inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos reveló su misterio y nos redimió con su obediencia.
           
Cuando el Hijo terminó la obra que el padre le encargó en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo para que santificara continuamente a la Iglesia. El conduce a la Iglesia a la verdad total y la renueva sin cesar.
2. Primero la Iglesia es Pueblo de Dios y el bautismo es lo común a todos

            Va tomando cada vez más importancia la concepción comunitaria de la salvación y de la Iglesia. Y después de un largo debate los obispos en el Concilio van a decidir poner primero el capítulo 2 sobre lo común a todos los miembros de la Iglesia y luego el capítulo 3 sobre las jerarquía y los ministerios ordenados, que es la misión de algunos.
           
Es volver a los orígenes del cristianismo y remarcar el sacerdocio común de los fieles, común a todos los miembros de la Iglesia. TODOS los discípulos de Cristo en oración y alabanza a Dios, se ofrecen como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, dan testimonio de Cristo en todas partes y han de dar razones de su esperanza de la vida eterna.
           

La pertenencia a la Iglesia es concéntrica. TODA LA HUMANIDAD de alguna manera se ordena a la salvación de la que la Iglesia es signo, germen e inicio.
Así, los fieles católicos están plenamente incorporados a la Iglesia
Se siente unida por muchas razones con todos los cristianos bautizados aunque no profesen la fe en su integridad o no conserven la comunión con el sucesor de Pedro. El Espíritu Santo actúan también en ellos y los santifica con sus dones y gracias.

También los judíos están ordenados al Pueblo de Dios porque Dios no se vuelve atrás después de haber llamado y dado sus dones.

El designio de salvación comprende también a los musulmanes que reconocen al único Dios Creador y profesan la fe de Abrahán.

Tampoco Dios está lejos de los que lo buscan entre imágenes con sincero corazón e intentan hacer la voluntad de Dios a través de los que les dice su conciencia.

Dios tampoco niega su ayuda a los que los que no lo conocen pero se esfuerzan en vivir con honradez. Por lo tanto, todos están llamados a la salvación que Dios ofrece.
           
            El Concilio plantea que la Iglesia es una COMUNION. Este es el concepto principal que está en muchos de los documentos conciliares y es el mayor aporte del Concilio.

            La Iglesia es un MISTERIO como COMUNIDAD FRATERNA que vive la COMUNION en el amor del Dios Trinidad.
Este misterio se desarrolla en diversos niveles que constituyen CENTROS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN, en orden a edificar la Iglesia.

La familia (DP 582-589) La ley del amor en la familia es la comunión y participación, no la dominación. La familia es una “pequeña Iglesia domestica”.

Pequeñas comunidades (DP 638-643) en las que crece la experiencia de nuevas relaciones interpersonales en la fe y un compromiso con la realidad social del barrio.
            Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) son un modo de ser Iglesia.
Son comunidades porque viven una experiencia de unión, integradas por familias, ancianos y niños, adultos y jóvenes compartiendo la fe y la vida.
Son eclesiales porque son comunidades de fe, esperanza y caridad, en comunión visible con los pastores.
Son de base porque están constituidas por pocos miembros, procurando una vida más evangélica en el seno del pueblo, y en el compromiso por transformar el mundo.
Son un hecho eclesial particularmente latinoamericano.
La parroquia (DP 644) es centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y de movimientos. Es comunidad de comunidades. Está unida al Obispo que confía al párroco la atención pastoral de la comunidad.
            La Iglesia Particular o Diocesis (DP 645-647) es una porción del Pueblo de Dios que se encarna en un contexto socio-cultural, presidida por un Obispo, que a través de su comunión con el Colegio Episcopal y con el Papa, la comunión con la Iglesia Universal.
3. Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal

Cristo para dirigir al Pueblo de Dios instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. Los ministros están al servicio de sus hermanos para que todos, en libertad y orden, lleguen a la salvación.
Así como San Pedro y los demás Apóstoles formaron un único colegio apostólico, asi están unidos el papa, sucesor de Pedro y los obispos, sucesores de los Apóstoles. El volver a descubrir la “colegialidad episcopal” corrigió el unilateralismo papal que había dejado el Concilio Vaticano I en 1870.
Sucedió que el Concilio debió suspenderse por la guerra de unificación de Italia y solo se trató el dogma de la infalibilidad papal sin poder tratar sobre todos los ministerios.

El Concilio Vaticano II insistió en tres grupos que componen la Iglesia:  

Los laicos: viene de “laos” que en griego significa los del pueblo, es decir todos los fieles que pertenecen a la Iglesia por el bautismo somos laicos.

La jerarquía: la componen los que han recibido el sacramento del Orden Sagrado.
Este sacramento tiene tres grados: Obispos, presbíteros y diáconos.

     Los religiosos y religiosas: todos debemos vivir los consejos evangélicos pero algunos hacen una consagración total de sus vidas a Jesús y realizan votos de castidad, pobreza y obediencia. Forman distintas congregaciones, órdenes o familias religiosas según la espiritualidad del fundador o el carisma propio.
4.      Todos estamos llamados a la santidad

La Iglesia no puede dejar de ser santa. Cristo amó a su Iglesia como a su esposa. El se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como a su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios.

Por eso todos en la Iglesia están llamados a la santidad. Jesús predicó a todos sus discípulos la santidad de vida, de la que Él es el autor y consumador: “Sean perfectos como su Padre del cielo es perfecto”.

Es un cambio muy grande para invitar a todos a sentirse parte y participar en la misión de la Iglesia, como a tener un protagonismo activo en la transformación del mundo.
5.      La Iglesia será perfecta al final de los tiempos

La Iglesia solo llegará a su perfección en la gloria del cielo, cuando llegue el tiempo de la restauración universal y la humanidad con el universo entero queden perfectamente renovados en Cristo.

Mientras peregrina en la tierra la Iglesia necesita de una permanente conversión y renovarse siempre en el Espíritu y en la fidelidad al Señor.

Al final de los tiempos cuando Cristo se manifieste glorioso y resuciten los muertos, toda la Iglesia de los santos alabará a Dios, unida y plena en la felicidad del amor de Dios.


SEGUNDA CLASE . Apunte completo: 
La Iglesia según el Concilio Vaticano II

        El Concilio Vaticano II, reunido entre 1962 y 1965, elaboró 16 documentos:

4 Constituciones

Dei Verbum sobre la revelación
Lumen Gentium sobre la Iglesia
Sacrosanctum Concilium sobre la liturgia
Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual


9 Decretos

Ad Gentes sobre la misión
Apostolicam Actuositatem sobre los laicos
Christus Dominus sobre los obispos
Presbyterorum Ordinis sobre los sacerdotes
Optatam Totius sobre la formación sacerdotal
Perfectae Caritatis sobre la vida religiosa
Orientalium Ecclesiarum sobre las Iglesias orientales
Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo
Inter Mirifica sobre los medios de comunicación social


3 Declaraciones
Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa
Gravissimum Educationis sobre la educación cristiana
Nostra Aetate sobre las religiones no cristianas)

        Hay cuatro documentos fundamentales para una comprensión renovada de la Iglesia:

Lumen Gentium              Constitución dogmatica sobre el misterio de la Iglesia
Unitatis Redintegratio    Decreto sobre el ecumenismo
Nostra Aetate                 Declaración sobre las relaciones con las religiones no cristianas
Gaudium et Spes                       Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual

        Hay 5 elementos de la Lumen Gentium que dan una nueva comprensión de la Iglesia:

6.     Comprende a Iglesia como una obra de la Trinidad (capítulo 1)
7.     Comprende a la Iglesia prioritariamente como Pueblo de Dios (capítulo 2)
8.     Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal (capítulo 3)
9.     Todos estamos llamados a la santidad (capítulo 5)
10. La Iglesia será perfecta al final de los tiempos (capitulo 7)


1.  La Iglesia es la obra de la Trinidad

Dios Padre creó el mundo por una decisión libre y misteriosa de su sabiduría y bondad. Decidió elevar a los hombres a la participación de la vida divina, y tras el pecado les ofreció siempre su ayuda para salvarlos. Este es el plan de Dios: convocar en la Iglesia a los creyentes en Cristo. Esta Iglesia aparece prefigurada desde los orígenes del mundo, preparada en la historia del pueblo de Israel, constituida por Jesucristo, manifestada por la venida del Espíritu Santo y llegará gloriosamente a su plenitud al final de los siglos. Entonces como dicen los Santos Padres Gregorio, Agustín y Juan Damaceno, “desde el justo Abel hasta el último elegido” se reunirán con el Padre en la Iglesia Universal.
            La Iglesia es la gran obra de la Trinidad. El Padre tiene desde siempre un plan de salvación. Vino el Hijo, enviado por el Padre, y para hacer la voluntad del Padre inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos reveló su misterio y nos redimió con su obediencia.
            Cuando el Hijo terminó la obra que el padre le encargó en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo para que santificara continuamente a la Iglesia. El conduce a la Iglesia a la verdad total y la renueva sin cesar.
            Así, como dicen los Santos Padres Cipriano, Agustín y Juan Damaceno, toda la Iglesia aparece como el pueblo unido “por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


2. Primero la Iglesia es Pueblo de Dios y el bautismo es lo común a todos

            “En todo tiempo y lugar ha sido grato a Dios el que le teme y practica la justicia. Sin embargo, quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre si, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa”. Va tomando cada vez más importancia la concepción comunitaria de la salvación y de la Iglesia. Y después de un largo debate los obispos en el Concilio van a decidir poner primero el capítulo 2 sobre lo común a todos los miembros de la Iglesia y luego el capítulo 3 sobre las jerarquía y los ministerios ordenados, que es la misión de algunos.
            Los bautizados por el bautismo y por la unción del Espíritu Santo, quedan consagrados como sacerdocio santo para que ofrezcan, a través de las obras propias del cristiano, sacrificios espirituales y anuncien las maravillas del que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Es volver a los orígenes del cristianismo y remarcar el sacerdocio común de los fieles, común a todos los miembros de la Iglesia. TODOS los discípulos de Cristo en oración y alabanza a Dios, se ofrecen como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, dan testimonio de Cristo en todas partes y han de dar razones de su esperanza de la vida eterna.
            La pertenencia a la Iglesia es concéntrica. TODA LA HUMANIDAD de alguna manera se ordena a la salvación de la que la Iglesia es signo, germen e inicio. Así, los fieles católicos están plenamente incorporados a la Iglesia, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos a Cristo dentro de su estructura visible. La Iglesia se siente unida por muchas razones con todos los cristianos bautizados aunque no profesen la fe en su integridad o no conserven la comunión con el sucesor de Pedro. El Espíritu Santo actúan también en ellos y los santifica con sus dones y gracias. También los judíos están ordenados al Pueblo de Dios porque Dios no se vuelve atrás después de haber llamado y dado sus dones. El designio de salvación comprende también a los musulmanes que reconocen al único Dios Creador y profesan la fe de Abrahán. Tampoco Dios está lejos de los que lo buscan entre imágenes con sincero corazón e intentan hacer la voluntad de Dios a través de los que les dice su conciencia. Dios tampoco niega su ayuda a los que los que no lo conocen pero se esfuerzan en vivir con honradez. Por lo tanto, todos están llamados a la salvación que Dios ofrece.
           
            El Concilio plantea que la Iglesia es una COMUNION. Este es el concepto principal que está en muchos de los documentos conciliares y es el mayor aporte del Concilio.
La Iglesia es una comunión. La Iglesia tiene una misión: predicar la conversión, liberar al hombre e impulsarlo hacia el misterio de comunión con la Trinidad y de comunión con todos los hermanos, transformándolos en agentes y cooperadores del designio de Dios. Cada bautizado es atraído por el Espíritu de Amor, quien le impulsa a salir de sí mismo, a abrirse a los hermanos y a vivir en comunidad. En la unión entre nosotros se hace presente el Señor Jesús Resucitado.
            El don maravilloso de esta vida nueva se realiza en cada Iglesia particular (Diócesis), y también en la familia, en pequeñas comunidades y en las parroquias. Desde estos centros de evangelización, el Pueblo de Dios en la Historia, por el dinamismo del espíritu y la participación de los cristianos, va creciendo en gracia y santidad. En su seno surgen carismas y servicios.

            La Iglesia es un MISTERIO como COMUNIDAD FRATERNA que vive la COMUNION en el amor del Dios Trinidad. Este misterio logra su arraigo y desarrolla su dinamismo transformador de la vida humana en diversos niveles que constituyen CENTROS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN, en orden a edificar la Iglesia y a su irradiación misionera.

La familia (DP 582-589) es imagen de Dios, que en su misterio más íntimo no es soledad sino familia. Dios invita a los esposos a una intima comunión de vida y de amor, cuyo modelo es el amor de Cristo a su Iglesia. La ley del amor conyugal es la comunión y participación, no la dominación. Es en la familia donde se comienzan a vivir los valores evangélicos. La familia es una “pequeña Iglesia domestica”. La oración, el trabajo y la actividad educadora de la familia, deben orientarse a transformar las estructuras de la sociedad, por la comunión y participación entre los hombres y mujeres de una nación. Por eso la familia debe anunciar y denunciar, comprometerse en el cambio del mundo en sentido cristiano y contribuir al progreso, a la justicia y a la paz.

Pequeñas comunidades (DP 638-643) en las que crece la experiencia de nuevas relaciones interpersonales en la fe, la profundización de la Palabra de Dios, la participación en la Eucaristía, la comunión con los pastores, y un compromiso mayor con la justicia en la realidad social de sus barrios y ambientes.
            Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) son un modo de ser Iglesia. ¿Cuáles son sus características?
Son comunidades porque viven una experiencia de unión, conocimiento, escucha en común de la palabra, vida de fe compartida, están integradas por familias, ancianos y niños, adultos y jóvenes compartiendo la fe y la vida.
Son eclesiales porque son comunidades de fe, esperanza y caridad, que celebran la Palabra de Dios y se nutre con la Eucaristía, realiza la Palabra de Dios en la vida, a través de la solidaridad y el compromiso y hace presente y actuante la misión eclesial a través de coordinadores aprobados, manifestando así la comunión visible con los pastores.
Son de base porque están constituidas por pocos miembros, en forma permanente y a manera de célula de la gran comunidad, procurando una vida más evangélica en el seno del pueblo, colaborando en la construcción de un nueva sociedad, en ellas se expresa el pueblo sencillo y se le da posibilidad de participación concreta en la tarea eclesial y en el compromiso por transformar el mundo.
Son un hecho eclesial particularmente latinoamericano.

La parroquia (DP 644) realiza una función integral de Iglesia, es centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y de movimientos. Es comunidad de comunidades. Aquí se abre más el horizonte de comunión y participación. Su vínculo con la comunidad diocesana está asegurado por la unión con el Obispo que confía al párroco la atención pastoral de la comunidad. Es lugar de encuentro, de fraterna comunicación de personas y bienes, superando las limitaciones propias de las pequeñas comunidades. Es un “segundo” nivel de organización de la Iglesia.

            La Iglesia Particular o Diocesis (DP 645-647) a imagen de la Iglesia Universal, es donde se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo que es una, santa, católica y apostólica. Es una porción del Pueblo de Dios, definida por un contexto socio-cultural en el cual se encarna. Está presidida por un Obispo, principio y fundamento de su unidad.
            Por ser sucesores de los Apóstoles, los Obispos, a través de su comunión con el Colegio Episcopal y con el Romano pontífice, garantizan la apostolicidad, la fidelidad al Evangelio y la comunión con la Iglesia Universal.

3. Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal

            Cristo para dirigir al Pueblo de Dios instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. Los ministros están al servicio de sus hermanos para que todos, en libertad y orden, lleguen a la salvación. Jesucristo edificó su Iglesia enviando a los Apóstoles como Él mismo había sido enviado por el Padre. Los obispos, sucesores de los Apóstoles, junto con el sucesor de Pedro dirigen la Iglesia.
            Así como, por disposición del Señor, San Pedro y los demás Apóstoles formaron un único colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre si, el papa, sucesor de Pedro y los obispos, sucesores de los Apóstoles. El volver a descubrir la “colegialidad episcopal” corrigió el unilateralismo papal que había dejado el Concilio Vaticano I en 1870.
Sucedió que el Concilio debió suspenderse por la guerra de unificación de Italia y solo se trató el dogma de la infalibilidad papal sin poder tratar sobre todos los ministerios.

Nota: Pio IX convoca el Concilio Vaticano I en 1869. En este concilio se aprobó como dogma la infalibilidad papal. En la tercera sesión de abril de 1870 se aprueba la Constitución Dogmática Dei Filius sobre la fe católica. En la cuarta sesión de julio de 1870 se aprueba la Constitución Dogmática Pastor Aeternum sobre la Iglesia de Cristo  que declara el dogma de la infalibilidad papal. El concilio tuvo que ser suspendido en octubre de 1870 cuando el ejército italiano para la unificación conducido por Víctor Manuel II tomó los Estados Pontificios. El 20 de octubre Pío IX los suspende. El Concilio nunca se concluyó.

La Iglesia es Pueblo de Dios y todos sus miembros participan en la misión de Cristo de hacer presente a Dios en el mundo, de comunicar la gracia de Dios a los hombres, de construir el Reino de Dios en la historia. Pero hay distintos carismas en la iglesia. El Concilio Vaticano II insistió en tres grupos que componen la Iglesia:           

Los laicos: viene de “laos” que en griego significa los del pueblo, es decir todos los fieles que pertenecen a la Iglesia por el bautismo somos laicos. Son muchos los ministerios laicales en la Iglesia que abarcan la vida parroquial, el barrio, la familia, la sociedad, el trabajo, la cultura, la educación, la salud, la política, la economía, el arte, la catequesis, la misión, la comunidad, la liturgia…etc.

La jerarquía: la componen los que han recibido el sacramento del Orden Sagrado.
Este sacramento tiene tres grados: Obispos, presbíteros y diáconos.
Dentro de los obispos hay distintos cargos.                
OBISPOS                  Sucesores de los Apóstoles, pastores de una diócesis
PAPA                        Obispo de Roma, sucesor de Pedro
CARDENALES        Eligen al Papa
            ARZOBISPOS          Obispos de una arquidiócesis (diócesis principales)
            NUNCIOS                  Embajadores del Vaticano en cada país
            MONSEÑORES       Título honorífico de obispos y curiales. Se concede a sacerdotes.
Son todos obispos y reciben distintos nombres por las funciones o misión que realizan. Cualquier sacerdote puede ser elegido obispo (hacen la elección los obispos del país y Roma). El Papa es signo y principio de unidad y comunión para todos los obispos católicos.
Cualquier obispo puede ser elegido Papa pero en la práctica se elige un cardenal (hacen la elección los cardenales reunidos en Cónclave). Cardenales, arzobispos, nuncios son todos obispos con distintas tareas organizativas y pastorales. Monseñor es un título honorífico quiere decir “Mi Señor”, puede no emplearse en la práctica
Algunos obispos prefieren ser llamados “Padre Obispo”
Dentro de los sacerdotes hay una diversidad:
PARROCOS             A cargo de una parroquia
            VICARIOS                 Acompañan al párroco
DIOCESANOS         Del clero del lugar, de una diócesis
RELIGIOSOS            Pertenecen a alguna congregación
Son llamados sacerdote, padre, cura. Pastor no se usa (por su raiz protestante) pero lo son por colaborar con el obispo en esta misión de pastorear la Iglesia.
Dentro de los diáconos hay una diversidad:
TRANSEUNTES      Paso previo a ser ordenados sacerdotes
            PERMANENTES     Que serán siempre diáconos
            CELIBES                  Consagrados en el celibato
            CASADOS               Esposos que ejercen el diaconado. Son parte de la jerarquía

Los religiosos y religiosas: todos debemos vivir los consejos evangélicos pero algunos hacen una consagración total de sus vidas a Jesús y realizan votos de castidad, pobreza y obediencia. Forman distintas congregaciones, órdenes o familias religiosas según la espiritualidad del fundador o el carisma propio. Reciben el nombre de Vida Consagrada.
Hay también diversidad:
MONJES Y MONJAS                      Vida monástica (oración y trabajo). Ordenes
            RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS       Vida apostólica (pastoral o inserta). Congregaciones
OTRAS FORMAS                            Institutos de vida secular
Vírgenes consagradas
Ermitaños (viven solos)
Laicos consagrados


6.      Todos estamos llamados a la santidad

La Iglesia no puede dejar de ser santa. Cristo amó a su Iglesia como a su esposa. El se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como a su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por eso todos en la Iglesia están llamados a la santidad. Jesús predicó a todos sus discípulos la santidad de vida, de la que Él es el autor y consumador: “Sean perfectos como su Padre del cielo es perfecto”.
Jesús envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente. El bautismo y la fe los ha hecho verdaderamente hijos de Dios, participan de la naturaleza divina y son, por lo tanto, realmente santos. Por eso deben, con la gracia de Dios, conservar y llevar a plenitud en su vida la santidad que recibieron.
Para todos está claro que todos los cristianos de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor. En los diversos géneros de vida y ocupación, todos cultivan la misma santidad.
Es un cambio muy grande para invitar a todos a sentirse parte y participar en la misión de la Iglesia, como a tener un protagonismo activo en la transformación del mundo y a hacer que el Reino se haga presente en la realidad actual, mundial, local y planetaria.


7.      La Iglesia será perfecta al final de los tiempos

La Iglesia solo llegará a su perfección en la gloria del cielo, cuando llegue el tiempo de la restauración universal y la humanidad con el universo entero queden perfectamente renovados en Cristo. Mientras peregrina en la tierra la Iglesia necesita de una permanente conversión y renovarse siempre en el Espíritu y en la fidelidad al Señor.
En la comunión de los santos, con nuestros hermanos que ya están en el cielo, consolida más firmemente a toda la Iglesia en la santidad. Por eso alienta el culto de veneración a los santos y en especial a la Virgen María, pidiendo la ayuda de su intercesión. Hace el Concilio unas recomendaciones pastorales para que sea correcta la veneración a los santos y no ocupe el lugar de adoración que se debe a Dios Padre por Cristo en el Espíritu Santo, sino que mas bien lo enriquezca (punto 51 del capítulo 7).
Al final de los tiempos cuando Cristo se manifieste glorioso y resuciten los muertos, toda la Iglesia de los santos alabará a Dios, unida y plena en la felicidad del amor de Dios.
Conceptos fundamentales del Concilio Vaticano II

COMUNIÓN: Unidad en la diversidad, fuerza del Espíritu Santo que hace uno lo diverso, como en Dios Trinidad, una Iglesia reflejo del Dios Trinidad.

PUEBLO DE DIOS: Una familia donde todos son importantes, con distintas vocaciones y carismas, con una identidad común y una misma meta y destino.

DIÁLOGO: Apertura a lo diverso y a lo distinto, dentro de la Iglesia y con otros cristianos, con el mundo y el hombre de hoy, capacidad de lograr el encuentro y aspirar a la unidad.

IGLESIA SACRAMENTO: De la misma manera que Cristo es la manifestación del Verbo de Dios que se hace visible en la humanidad de Jesús de Nazareth así es la Iglesia, la presencia de Cristo Resucitado encarnado en la historia y la obra de la gracia del Espíritu Santo invisible actuando a través de lo visible de la  Iglesia. Cristo es sacramento del Dios Invisible, la Iglesia es sacramento de Cristo. Es el camino de la encarnación elegido por Dios Padre para comunicarse al hombre. Es el modo de obrar de Dios que continúa en la historia.

La Iglesia se autocomprende a si misma de otra manera: pasa de ser SOCIEDAD PERFECTA (definición de Belarmino S. XVI) a ser SACRAMENTO UNIVERSAL DE SALVACIÓN, sacramento de la unión con Dios y entre los hombres (LG 1, 9, 48; GS 45; AG 1, 5; SC 5), es decir, signo e instrumento de la salvación de Dios en la historia.
Esta nueva noción supone un cambio de pensamiento:
-         La Iglesia es un misterio, forma parte del plan trinitario de salvación del mundo
-         Este misterio está presente en la historia como Pueblo de Dios, realidad visible
-         La Iglesia no es la salvación, no es el Reino, sino solo su sacramento, su signo
-         Por ser sacramento es eficaz, fermento de salvación para toda la humanidad
-         El fin de la Iglesia no es ella misma sino el Reino, la unión con Dios y con los hombres

De este modo el axioma clásico: “Fuera de la iglesia no hay salvación” queda reformulado desde otra perspectiva, más positiva: “La Iglesia es el sacramento universal de salvación”. La Iglesia no es la comunidad de los únicos que se salvan, sino el signo de la salvación incluso de aquellos que no pertenecen a ella. Es signo y sacramento de la gracia de Dios que obra en todos lados, que a nadie excluye, que se ofrece a todos, que está presente en toda realidad humana. La Iglesia no es solo el signo de la misericordia de Dios para los que expresamente pertenecen a ella, sino que es la proclamación poderosa de que la gracia ha sido dada ya al mundo. Eso se hace visible en la Iglesia.

El Vaticano II aporto esta visión, que es de los primeros siglos de la Iglesia. (1958 – 1963)                                                                                      
Juan XXIII lo convocó y al fallecimiento del Santo Padre, lo culminó el Papa Pablo VI 

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Convocó el Concilio                                                                                               Terminó el Concilio



INDICE

CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA 
Introducción (1)







Introducción
La Virgen y la Iglesia
Culto a la Virgen en la Iglesia
María, signo de esperanza








del P. Néstor Cruz García