CATEQUESIS POR RADIO. ESCUELA RADIAL DE CATEQUESIS: junio 2013

martes, 4 de junio de 2013

TRABAJO PRACTICO DE IGLESIA

Trabajo para la materia Iglesia

  1. Pensar que Iglesia he vivido en mi juventud y que experiencia vivo hoy. ¿Hubo cambios? Cuáles? Si hubo cambios ¿porqué creo se dieron?

  1. Interpretar, enumerar  y narrar que elementos estudiados en este apunte veo reflejados en mi actual comunidad. 


  1. ¿Conozco alguna experiencia eclesial del tipo de las Comunidades Eclesiales de Base? En que puedo observar su influencia en el barrio , en la comunidad eclesial. Si no conozco rastrillo donde por Internet y trato de rescatar datos.
presentar el trabajo vía correo electrónico :

escuelaradialdecatequesis@yahoo.com.ar




IGLESIA 3 era parte




TERCERA CLASE: La Iglesia a lo largo de la historia

PROFESOR LIC. P. NESTOR CRUZ GARCIA


1.      EL PASO DEL JESÚS HISTÓRICO A LA IGLESIA

¿En que sentido se afirma que Jesús fundó la Iglesia?

a.      Postura clásica:

Afirma una continuidad sin ruptura. Jesús fundó una institución religiosa nueva, con sus jefes (Mc 3, 7), con Pedro a la cabeza (Mt 16), con los sacramentos del bautismo y la eucaristía, con encargo misionero de ir a todas las naciones (Mt 28).

Sin embargo esta postura tradicional tiene muchas dificultades para ser admitida:
1.     Los evangelios son narraciones teológicas y no copia fiel de lo que sucedió
2.     Jesús predicó más sobre la venida del reino de Dios que sobre la Iglesia.
3.     Jesús no fundó una secta aparte sino que vino a reunir a todo Israel
4.     Los doce junto con los sacramentos bautismo y eucaristía tienen primero un significado escatológico, después de la Pascua adquieren un sentido eclesial
5.     Jesús estaba convencido de que el reino ya venía e irrumpiría la escatología con él.
6.     Lentamente Jesús tomó conciencia de que su plan iba a fracasar
Afirmar que Jesús fundó una institución llamada Iglesia no tiene fundamentación histórica.

b.     Postura historico-teologica:

Es después de Pascua – Pentecostés que los Doce se convierten en apóstoles, de los cuales Pedro es el fundamento; el bautismo pasa a ser sacramento eclesial de incorporación a la comunidad de Jesús; la eucaristía es alimento pascual de la comunidad de Jesús, la Iglesia predica a Jesús como centro del Reino y se reconoce comunidad del Reino de Dios. La ruptura con Israel (martirio de Esteban año 34  y destrucción del templo año 70) marcará definitivamente la apertura de la Iglesia a los gentiles y el paso al universalismo.

Pero esta Iglesia pascual esta íntimamente ligada al Jesús, con su predicación, con su estilo de vida, con su anonadamiento (kénosis), con su opción por los pobres y marginados, con su plan de congregar un nuevo Israel, con su grupo de discípulos, de manera que la Iglesia debe referirse siempre al Jesús histórico. Por eso los evangelios nacieron después de los escritos paulinos como una exigencia de conocer las vida del Jesús histórico para fundamentar la comunidad eclesial naciente como comunidad de Jesús.

La fundación de la Iglesia es parte de un plan, como obra de Dios. LG 5 El Concilio habla no de fundación sino de comienzo en Jesús.





2.      MODELOS DE LA IGLESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA

Al mirar la historia de la Iglesia, debemos evitar dos tentaciones. El pesimismo, creyendo que casi toda la historia fue mala. Y la ingenuidad, creyendo que todo fue bueno y negando errores.

A modo de síntesis podemos dividir la historia en cuatro partes:

a.      La Iglesia en el mundo   (siglo 1° al 4°).

La Iglesia es una pequeña comunidad en el mundo romano, que le es hostil.

La Iglesia era pequeña y contrastaba con el mundo imperial.

Los cristianos no querían adorar a los dioses del imperio ni al emperador. Eso les traía persecuciones. Hubo muchos mártires. En aquellos años ser cristiano suponía una opción

Aunque tuvo sus problemas era una Iglesia que seguía de cerca los pasos de Jesús y su estilo de vida, era una Iglesia pobre y perseguida.

b.     El mundo en la Iglesia    (Siglos 4° al 15°)

El mundo con sus ambigüedades se mete dentro de la Iglesia.

El emperador Constantino se convierte al cristianismo y a partir del año 380 el cristianismo pasa a ser la religión oficial del imperio. Cesan las persecuciones y esto ayuda a su crecimiento.

Pero esta situación también permite que muchos entren a la Iglesia por conveniencia, para estar bien parados con el gobierno del emperador. La Iglesia aparece muy unida al poder.

Los obispos acceden a la categoría de funcionarios del Estado, lucen sus insignias, títulos y privilegios. El papa alcanza rango imperial.

El enemigo es el enemigo del imperio, el no cristiano, un enemigo político. El poder político persigue al hereje (inquisición).

Esta época se llama de “cristiandad”.

Sin embargo, en este tiempo nunca faltaron comunidades cristianas, ni santos y profetas que predicaban con su ejemplo el evangelio.

Los monjes (S.6).
El papa San Gregorio Magno (S.7) que renovó la liturgia y oeganizó a la Iglesia
Se construyen grandes catedrales e Iglesias (S.11)
San Francisco de Asís y Santo Domingo (S.12) fundaron órdenes religiosas para misionar y renovar la Iglesia. Para evangelizar de una manera popular, San Francisco compuso los nacimientos de Navidad y Santo Domingo el rosario. Comienzan a fundarse grandes universidades y hubo estudiosos muy notables de teología como Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura.




c.      La Iglesia y el mundo   (Siglos 15 a la 1ra. mitad del 20).

Llamamos así a esta etapa por aparecer Iglesia y mundo como realidades contrapuestas.

En el siglo 15 se inventa la imprenta y Colón llega a América.
En el 16, el Renacimiento alcanza su plenitud.
En el 17 hay un gran avance de las ciencias. Galileo: la tierra gira alrededor del sol.
En el 18 se da la revolución Francesa: caída de la monarquía y comienzo de la democracia

La Iglesia reaccionará ante tantos cambios y situaciones nuevas, muchos de los cuales se hacían atacándola o atacando lo religioso. En general su actitud fue de defensa y de repliegue.

Muchas veces también de condena aparece más como un grupo cerrado y diferenciado que como una comunidad de salvación lanzada al mundo moderno y en diálogo con él.

Como hechos importantes positivos tenemos
la fundación de los jesuitas el Concilio de Trento en el siglo 16.
Dos grandes misioneros Nobili en la India y Ricci en China en el S.17.
En el S.19 el papa León XIII escribe  una encíclica (“Rerum Novarum”), buscando dar luz y orientación sobre los graves problemas sociales y aporta la doctrina social de la Iglesia.

En América Latina tenemos la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531 en México.
Obispos y misioneros, como Fray Bartolomé de las Casas, defendieron a los indígenas y protestaron contra las injusticias cometidas a los indios y a sus comunidades.
En el S.18 se usan nuevas técnicas de evangelización y promoción humana y social (por ejemplo las misiones Jesuitas en el cono sur).

Hay muchos santos latinoamericanos: San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, San Francisco Solano, Santa Mariana de Jesús, San Pedro Claver, San Roque Gonzáles, etc.

d.     La Iglesia para el mundo    (siglo 20)

Llamamos así a esta etapa porque a partir del Concilio Vaticano II, la Iglesia quiere ponerse al servicio del mundo.

En nuestro mundo grandes cambios ya están en proceso en los años 60

La Iglesia en el concilio Vaticano II (1962-1965) se esforzó por volver al Evangelio y a la Iglesia primitiva y quiso ponerse al servicio del mundo, en diálogo con él, para caminar con él hacia el Reino.

Medellín (1968) insiste en que la Iglesia debe ser pobre y al servicio de los pobres, comprometida con su evangelización y liberación. Promueve comunidades eclesiales de base.

Puebla (1979) propone una evangelización liberadora

Santo Domingo (1992) invitará a una nueva evangelización íntimamente vinculada con la promoción humana, desde nuestra propia cultura latinoamericana.


3.      LA IGLESIA EN AMERICA LATINA

Las orientaciones del Concilio fueron tomadas por America Latina y encarnadas en la realidad propia del continente. Surgió así una asombrosa renovación de la Iglesia latinoamericana que la marcó para siempre dándole rasgos propios.


El camino recorrido desde el Concilio por Medellin y Puebla


Comenzó a vivirse la comunión y participación desde las bases

La experiencia de los pobres y la interpretación de los obispos del continente marcaron este camino eclesial y eclesiológico que fue recogido por los documentos de Medellín y Puebla.

Ver el recorrido en los apuntes


Las comunidades eclesiales de base (Cebs)

(DP 629) Surge la experiencia de la s CEBS:                            
Pequeñas comunidades ‑ Relaciones interpersonales

Hecho eclesial particular de America Latina (DP 629).

Pablo VI las llamó “esperanza de la Iglesia”.

Irrumpen los pobres en la vida de la Iglesia. Se multiplican. Surgen en el campo y en la periferia de las grandes ciudades.

Significan un profundo cambio de mentalidad.

PARROQUIA - COMUNIDAD DE COMUNIDADES = Descentralización
MISION ‑ PARTICIPACION - PROTAGONISMO = Renuevan la vida de la comunidad
MINISTERIOS LAICALES – INSERCION = Compromiso con la realidad
ANIMADORES – CONSEJO DE PASTORAL = Trabajo en equipo y planificación
FE Y COMPROMISO UNIDOS POR EL BARRIO = Unión de fe y vida
ADAPTACION DE LA CATEQUESIS Y LA LITURGIA = Fe encarnada en la realidad
LA BIBLIA – ILUMINANDO EL HOY = Centrados en la Palabra de Dios

MISA PERIODICA – CAMINAR CON LOS POBRES = Nuevo rol del sacerdote


APUNTES DE ESTE TEXTO
La Iglesia a lo largo de la historia


1.      EL PASO DEL JESÚS HISTÓRICO A LA IGLESIA

¿Qué relación existe entre Jesús y la Iglesia? ¿En que sentido se afirma que Jesús fundó la Iglesia?

a.      Postura clásica:

Afirma una continuidad sin ruptura. Jesús fundó una institución religiosa nueva, con sus jefes (Mc 3, 7), con Pedro a la cabeza (Mt 16), con los sacramentos del bautismo y la eucaristía, con encargo misionero de ir a todas las naciones (Mt 28). En esta perspectiva Cristo al fundar la iglesia creó una nueva institución religiosa, bien organizada y equipada estructuralmente.

Sin embargo esta postura tradicional tiene muchas dificultades para ser admitida:
1.     Los evangelios son narraciones teológicas y no copia fiel de lo que sucedió, tienen un carácter de reflexión eclesial sobre las iglesias. Los relatos de los orígenes son marcadamente simbólicos.
2.     La palabra iglesia (ekklesía) solo aparece 3 veces en los evangelios (Mt 16,18 y 18,17) y 20 veces en los Hechos; en cambio Reino de Dios aparece más de 100 veces en los evangelios, lo cual implica que Jesús predicó más sobre la venida del reino de Dios que sobre la Iglesia.
3.     Jesús no fundó una secta aparte sino que vino a reunir a todo Israel (Mt 10, 5-6), lo cual explica las dificultades de la Iglesia primitiva para abrirse a los paganos.
4.     Los doce constituyen un símbolo de las doce tribus de Israel junto con los sacramentos bautismo y eucaristía tienen primero un significado escatológico (conversión al verdadero Israel y banquete del Reino), después de la Pascua adquieren un sentido eclesial
5.     Difícilmente podía Jesús pensar en la Iglesia si estaba convencido de que el reino ya venía e irrumpiría la escatología con él.
6.     Lentamente Jesús tomó conciencia de que su plan iba a fracasar: el rechazo de los dirigentes, sectores del pueblo lo llevaron a la pasión, la cruz y finalmente la dispersión de sus discípulos.
Afirmar que Jesús fundó una institución llamada Iglesia no tiene fundamentación histórica.

b.     Postura historico-teologica:

Entre Jesús y la Iglesia hay una intima relación pero de carácter procesual, progresiva. (Sostienen esta postura los estudiosos biblistas R. Scnackenburg, J. Blank, A. Votgle, N. Lohfink, y los teólogos E. Peterson, H. Küng, J. Ratzinger, L. Boff).

Entre Jesús y la Iglesia hay una profunda ruptura, la provocada por la muerte y resurrección de Jesús y la venida del Espíritu Santo. Es después de Pascua – Pentecostés que los Doce se convierten en apóstoles, de los cuales Pedro es el fundamento; el bautismo pasa a ser sacramento eclesial de incorporación a la comunidad de Jesús; la eucaristía es alimento pascual de la comunidad de Jesús, la Iglesia predica a Jesús como centro del Reino y se reconoce comunidad del Reino de Dios. La ruptura con Israel (martirio de Esteban año 34  y destrucción del templo año 70) marcará definitivamente la apertura de la Iglesia a los gentiles y el paso al universalismo.

Esta postura ya está en las afirmaciones tradicionales de que la Iglesia nace en Pentecostés, en las lectura patrística de la sangre y agua que brotan del costado de Cristo crucificado. Pero esta Iglesia pascual esta íntimamente ligada al Jesús, con su predicación, con su estilo de vida, con su anonadamiento (kénosis), con su opción por los pobres y marginados, con su plan de congregar un nuevo Israel, con su grupo de discípulos, de manera que la Iglesia debe referirse siempre al Jesús histórico. Por eso los evangelios nacieron después de los escritos paulinos como una exigencia de conocer las vida del Jesús histórico para fundamentar la comunidad eclesial naciente como comunidad de Jesús.

La fundación de la Iglesia es parte de un plan, como obra de Dios: La Iglesia se FUNDAMENTA en Jesús, pero es fruto de un proceso que comienza con el Jesús histórico, pasa por la cruz y la resurrección, hasta llegar a Pentecostés. LG 5 El Concilio habla no de fundación sino de comienzo en Jesús.


2.      MODELOS DE LA IGLESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA

Al mirar la historia de la Iglesia, debemos evitar dos tentaciones. El pesimismo, creyendo que casi toda la historia fue mala. Y la ingenuidad, creyendo que todo fue bueno y negando errores.
A modo de síntesis podemos dividir la historia en cuatro partes:

a.      La Iglesia en el mundo   (siglo 1° al 4°).

La Iglesia es una pequeña comunidad en el mundo romano, que le es hostil.
El mundo de la época es el Imperio Romano. Existían grandes desigualdades económicas (entre ricos y pobres) y también sociales (mas de la mitad de la población eran esclavos). En lo político, el emperador tenía autoridad soberana sobre los pueblos conquistados. Había una religión oficial con muchos dioses y algunos emperadores exigieron que les rindieran culto.
La Iglesia era pequeña y contrastaba con el mundo imperial. Los cristianos no querían adorar a los dioses del imperio ni al emperador. Eso les traía persecuciones. Ellos adoraban a un solo Dios, el Padre y a un solo Señor, Cristo Jesús (1 Cor 8.6). Procuraban vivir la autoridad como servicio, sentirse todos hermanos y compartir sus bienes. Hubo muchos mártires. En aquellos años ser cristiano suponía una opción, un compromiso personal y social, era todo un riesgo. Aunque tuvo sus problemas era una Iglesia que seguía de cerca los pasos de Jesús y su estilo de vida, era una Iglesia pobre y perseguida.

b.     El mundo en la Iglesia    (Siglos 4° al 15°)

El mundo con sus ambigüedades quiso meterse dentro de la Iglesia.
El mundo cambia. El Imperio Romano se divide en dos: Oriente y Occidente. El occidente es invadido por pueblos venidos del norte (los bárbaros). Mas tarde hay intentos de establecer de nuevo el imperio con Carlomagno. Hay guerras con los árabes musulmanes. Epoca de las cruzadas. Surgen reyes y señores feudales. Son sistemas monárquicos con desigualdades económicas y sociales. Constantino se convierte al cristianismo y cambia completamente la situación de la Iglesia. A partir del año 380 el cristianismo pasa a ser la religión oficial del imperio. Para la Iglesia cesan las persecuciones y esto ayuda a su crecimiento. Pero esta situación también permite que muchos entren a la Iglesia por conveniencia, para estar bien parados con el gobierno del emperador. La Iglesia aparece muy unida al poder. Los obispos acceden a la categoría de supremos funcionarios del Estado, son como senadores y lucen sus insignias, títulos y privilegios. El papa alcanza rango imperial. El enemigo no es el mal espiritual, sino el enemigo del imperio, el no cristiano, un enemigo político. Muchas veces el poder político también persigue al hereje (inquisición). La cruz, signo teológico de redención se convierte en signo de victoria militar e insignia imperial oficial. Esta época se llama de “cristiandad”.
Sin embargo, en este tiempo nunca faltaron comunidades cristianas, ni santos y profetas que predicaban con su ejemplo el evangelio. Los monjes (S.6) que supieron unir a la vida de oración y el trabajo. El papa San Gregorio Magno (S.7) que renovó la liturgia y gobernó a la Iglesia con mucha habilidad. Se construyen grandes catedrales e Iglesias (S.11). San Francisco de Asís y Santo Domingo (S.12) fundaron órdenes religiosas para misionar y renovar la Iglesia. Para evangelizar de una manera popular, San Francisco compuso los nacimientos de Navidad y Santo Domingo el rosario. Comienzan a fundarse grandes universidades y hubo estudiosos muy notables de teología como Santo Tomás de Aquino y San Buenaventura.

c.      La Iglesia y el mundo   (Siglos 15 a la 1ra. mitad del 20).

Llamamos así a esta etapa por aparecer Iglesia y mundo como realidades contrapuestas.
El mundo: En el S15 se propicia el Renacimiento de las ciencias y las artes, se inventa la imprenta y Colón llega a América. En el 16, el Renacimiento alcanza su plenitud. En América comienza la conquista por los españoles y portugueses. En el 17 hay un gran avance de las ciencias, Galileo confirma que la tierra giraba y se movía alrededor del sol. En el S.18 se da la revolución Francesa que trae muchos cambios: caída de la monarquía, comienzo de las democracias y de la República, ascenso de la burguesía, etc. El imperio español sufre una decadencia política y económica ante los nuevos imperios que van surgiendo: Inglaterra, Rusia, Estados Unidos. Esto repercute mucho en América Latina. En el S.19 avanzaron mucho las ciencias y se hacen muchos inventos: locomotora de vapor, electricidad, automóviles, teléfono y otros más. Nace la época de la industrialización sobre todo con hilados y tejidos. En las fábricas y minas se da una terrible explotación de la clase obrera, que empieza a aparecer. Marx analiza y descubre mecanismos de explotación económica. En América Latina muchos países logran su independencia. En el S.20 tenemos la Revolución Rusa, las dos guerras mundiales…
La Iglesia reaccionará ante tantos cambios y situaciones nuevas, muchos de los cuales se hacían atacándola o atacando lo religioso. En general su actitud fue de defensa y de repliegue. Muchas veces también de condena aparece más como un grupo cerrado y diferenciado que como una comunidad de salvación lanzada al mundo moderno y en diálogo con él.
Como hechos importantes positivos tenemos la fundación de los jesuitas el Concilio de Trento en el siglo 16. Dos grandes misioneros Nobili en la India y Ricci en China en el S.17. En el S.19 el papa León XIII escribe  una encíclica (“Rerum Novarum”), buscando dar luz y orientación sobre los graves problemas sociales y aporta la doctrina social de la Iglesia. En América Latina tenemos la aparición de la Virgen de Guadalupe al indígena Juan Diego en 1531 en México. Varios obispos y misioneros, como Fray Bartolomé de las Casas, defendieron a los indígenas y protestaron contra las injusticias cometidas a los indios y a sus comunidades. En el S.18 se usan nuevas técnicas de evangelización y promoción humana y social (por ejemplo las misiones Jesuitas en el cono sur). Hay muchos santos latinoamericanos: San Martín de Porres, Santa Rosa de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, San Francisco Solano, Santa Mariana de Jesús, San Pedro Claver, San roque Gonzáles, etc.



d.     La Iglesia para el mundo    (siglo 20)

Llamamos así a esta etapa porque a partir del Concilio Vaticano II, la Iglesia quiere ponerse al servicio del mundo.
En nuestro mundo grandes cambios ya están en proceso: cambios económicos (globalización de la economía, el mercado que reemplaza al estado y a los partidos, la concentración de la renta y el aumento de la pobreza, el fenómeno de la exclusión), culturales (crisis de la modernidad, pluralismo cultural, individualismo),, éticos (crisis de la ética pública, subjetivismo ético de la vida privada), religiosos (práctica religiosa intimista e individualista, religiones sectaristas y fundamentalistas).
La Iglesia en el concilio Vaticano II (1962-1965) se esforzó por volver al Evangelio y a la Iglesia primitiva, se definió como Pueblo de dios, volvió a insistir en la dimensión de comunidad, inició un diálogo con las Iglesias separadas (ecumenismo) y quiso ponerse al servicio del mundo, en diálogo con él, para caminar con él hacia el Reino.
En la América Latina, continente marcado por la religiosidad popular y el subdesarrollo se hace una “recepción creativa” del vaticano II. La conferencia de Obispos Latinoamericanos de Medellín (1968) insiste en que la Iglesia debe ser pobre y al servicio de los pobres, comprometida con su evangelización y liberación. Promueve las comunidades eclesiales de base. Puebla (1979) asume el dinamismo de Medellín y propone una aplicación pastoral concreta: La evangelización liberadora del pecado personal y social entendida como evangelización para la comunión y participación primero dentro de la iglesia y luego también en el mundo. Santo Domingo (1992) invitará a una nueva evangelización íntimamente vinculada con la promoción humana, desde nuestra propia cultura latinoamericana.


3.      LA IGLESIA EN AMERICA LATINA

Las orientaciones del Concilio fueron tomadas por America latina y encarnadas en la realidad propia del continente. Surgió así una asombrosa renovación de la Iglesia latinoamericana que la marcó para siempre dándole rasgos propios.


El camino recorrido desde el Concilio por Medellin y Puebla


Comenzó a vivirse la comunión y participación desde las bases: las Conferencias del Episcopado latinoamericano en Medellín y Puebla fueron las dos reuniones de los obispos del continente que marcaron este camino eclesial y eclesiológico que fue recogido, discernido e
impulsado por los documentos de Medellín y Puebla.

La Conferencia de Medellín (Colombia), en 1968, llama a la solidaridad de toda la Iglesia con el pueblo pobre y marginado, anima la misión evangelizadora y liberadora de la misma Iglesia, y promueve una pastoral de conjunto a partir de las comunidades de base, en la perspectiva
de una eclesiología de comunión. Inspirándose en el Concilio, y recogiendo las experiencias ya encaminadas en varias regiones del continente, Medellín afirma más concretamente que "la vivencia de comunión a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su comunidad de base"; que "la comunidad cristiana de base es el primero y fundamental núcleo eclesial"; y anima a que "los miembros de esas comunidades... ejerciten las funciones que Dios les ha confiado - sacerdotal, profética y real - y hagan así de su comunidad un signo de la presencia de Dios en el mundo".

En forma consecuente, Medellín continúa afirmando que esta visión "nos lleva a hacer de la parroquia un conjunto pastoral vivificador y unificador de las comunidades de base". Recuerda que "la comunidad parroquial forma parte de una unidad más amplia"; sostiene con el Concilio que la diócesis, como "porción del Pueblo de Dios presidida por un obispo", constituye "una Iglesia Particular", en que se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo, que es "una, santa, católica y apostólica"; e insiste en que el obispo debe ser asistido por el Consejo Presbiteral y, ojalá, por un Consejo Pastoral representativo del Pueblo de Dios en su diversidad.

Por último, Medellín urge la aplicación práctica de la doctrina del Concilio sobre la colegialidad episcopal, concretamente a través de las Conferencias Episcopales en cada país o región. Exhorta a que "procuren las Conferencias episcopales que la voz de los respectivos presbiterios y del laicado del país llegue fielmente hasta ellas; asimismo, tengan una más estrecha y operante integración con la Confederación de Superiores Mayores Religiosos..." Y termina indicando que "para vivir profundamente el espíritu católico, estarán las Conferencias episcopales en contacto, no sólo con el Romano Pontífice y los organismos de la Santa Sede,
sino también con las Iglesias de otros continentes, tanto para la mutua edificación de las Iglesias, como para la promoción de la justicia y la paz en el mundo".

Esa misma experiencia y visión comunitaria de la Iglesia entera, desde la fe y el amor que viven y comunican sus comunidades de base en los pueblos pobres, es profundizada por la Conferencia de Puebla (México) en 1979. Esta lo hace en función de la urgente evangelización liberadora de nuestros pueblos oprimidos y a la luz de un tema profundamente teológico, la vocación universal a la comunión y participación. Véase este pasaje, que introduce la tercera parte del Documento de Puebla: "La Iglesia evangelizadora tiene esta misión: predicar la conversión, liberar al hombre e impulsarlo hacia el misterio de comunión con la Trinidad y de comunión con los hermanos, transformándolos en agentes cooperadores del designio de Dios... Cada bautizado se siente atraído por el Espíritu de Amor, quien lo impulsa a salir de sí mismo, a abrirse a los hermanos y a vivir en comunidad. En la unión entre nosotros se hace presente el Señor Jesús resucitado que celebra su pascua en América Latina... Desde estos centros de evangelización, el Pueblo de Dios en la historia, por el dinamismo del Espíritu y la participación de los cristianos, va creciendo en gracia y santidad".

Entre los diversos "centros de comunión y participación" que edifican la Iglesia y llevan adelante su misión evangelizadora, el Documento de Puebla reafirma, en múltiples contextos, la importancia fundamental de las Comunidades eclesiales de base (Cebs). Señalan los obispos: "Como pastores, queremos decididamente promover, orientar y acompañar las Cebs, según el espíritu de Medellín y los criterios de la 'Evangelii Nuntiandi'." "Los cristianos unidos en Cebs, fomentando su adhesión a Cristo, procuran una vida más evangélica en el seno del pueblo, colaboran para interpelar las raíces egoístas y consumistas de la sociedad, y explicitan la vocación de comunión con Dios y con los hermanos, ofreciendo un valioso punto de partida en la construcción de una nueva sociedad. Las Cebs son expresión del amor preferente de la Iglesia por el pueblo sencillo; en ellas se expresa, valora y purifica su religiosidad, y se le da posibilidad concreta de participación en la tarea eclesial y en el compromiso de transformar el mundo". "El compromiso con los pobres y los oprimidos y el surgimiento de las Cebs base han ayudado a la Iglesia a descubrir el potencial evangelizador de los pobres, en cuanto la interpelan constantemente, llamándola a conversión, y en cuanto realizan en su vida los valores evangélicos de solidaridad, servicio, sencillez y disponibilidad para acoger el don de Dios".

Como Medellín, Puebla destaca también, con referencias al Concilio, la importancia de la Iglesia Particular. En el ministerio de obispo que la preside, destaca su servicio a la comunión, tanto en el interior de la Iglesia diocesana, como en relación con la Iglesia universal "a través de su
comunión con el colegio episcopal y de manera especial con el Romano Pontífice". En su propia Iglesia, Puebla destaca que "responsabilidad del obispo será discernir los carismas y fomentar los ministerios indispensables para que la diócesis crezca hacia su madurez, como comunidad evangelizada y evangelizadora, de tal manera que sea luz y fermento de la sociedad, sacramento de unidad y de liberación integral, apta para el intercambio con las demás Iglesias particulares..." Y los obispos reunidos en Puebla concluyen comprometiéndose... "para que esta
colegialidad episcopal, de la que Puebla, como las dos Conferencias Generales que la precedieron, constituye un momento privilegiado, sea el signo más fuerte de credibilidad del anuncio y servicio del Evangelio, en favor de la comunión fraterna en toda América Latina".

Las comunidades eclesiales de base (Cebs)

(DP 619) Nuestros pueblos:                                             
Anhelo de relaciones personales y profundas
Necesidad de oración en común
Necesidad de participar más activamente en la liturgia
Deseo de protagonismo en la acción pastoral
Anhelo de justicia y solidaridad frente a tanta miseria
Compromiso para transformar la sociedad
Deseo de una vida más digna y fraterna

(DP 629) Surge la experiencia de las CEBS:                            
Pequeñas comunidades ‑ Relaciones interpersonales
Palabra de Dios iluminando la fe y la realidad
La fe se une al compromiso por mejorar el barrio y la comunidad local

Hecho eclesial particular de America Latina (DP 629). Pablo VI las llamó “esperanza de la Iglesia”. Irrumpren los pobres en la vida de la Iglesia. Se multiplican. Surgen en el campo y en la periferia de las grandes ciudades. Significan un profundo cambio de mentalidad.

PARROQUIA - COMUNIDAD DE COMUNIDADES = Descentralización
MISION ‑ PARTICIPACION - PROTAGONISMO = Renuevan la vida de la comunidad
MINISTERIOS LAICALES – INSERCION = Compromiso con la realidad
ANIMADORES – CONSEJO DE PASTORAL = Trabajo en equipo y planificación
FE Y COMPROMISO UNIDOS POR EL BARRIO = Unión de fe y vida
ADAPTACION DE LA CATEQUESIS Y LA LITURGIA = Fe encarnada en la realidad
LA BIBLIA – ILUMINANDO EL HOY = Centrados en la Palabra de Dios
MISA PERIODICA – CAMINAR CON LOS POBRES = Nuevo rol del sacerdote



Apuntes del P. Néstor Cruz García

sábado, 1 de junio de 2013

IGLESIA 2 da parte






SEGUNDA CLASE:  La Iglesia según el Concilio Vaticano II
        El Concilio Vaticano II, reunido entre 1962 y 1965, elaboró 16 documentos:

4 Constituciones

9 Decretos

3 Declaraciones

        Hay cuatro documentos fundamentales para una comprensión renovada de la Iglesia:

Lumen Gentium              Constitución dogmatica sobre el misterio de la Iglesia
Unitatis Redintegratio    Decreto sobre el ecumenismo
Nostra Aetate                 Declaración sobre las relaciones con las religiones no cristianas
Gaudium et Spes                       Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual

        Hay 5 elementos de la Lumen Gentium que dan una nueva comprensión de la Iglesia:

1.     Comprende a Iglesia como una obra de la Trinidad (capítulo 1)
2.     Comprende a la Iglesia prioritariamente como Pueblo de Dios (capítulo 2)
3.     Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal (capítulo 3)
4.     Todos estamos llamados a la santidad (capítulo 5)
5.     La Iglesia será perfecta al final de los tiempos (capitulo 7)

1.  La Iglesia es la obra de la Trinidad

            La Iglesia es la gran obra de la Trinidad. El Padre tiene desde siempre un plan de salvación. Vino el Hijo, enviado por el Padre, y para hacer la voluntad del Padre inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos reveló su misterio y nos redimió con su obediencia.
           
Cuando el Hijo terminó la obra que el padre le encargó en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo para que santificara continuamente a la Iglesia. El conduce a la Iglesia a la verdad total y la renueva sin cesar.
2. Primero la Iglesia es Pueblo de Dios y el bautismo es lo común a todos

            Va tomando cada vez más importancia la concepción comunitaria de la salvación y de la Iglesia. Y después de un largo debate los obispos en el Concilio van a decidir poner primero el capítulo 2 sobre lo común a todos los miembros de la Iglesia y luego el capítulo 3 sobre las jerarquía y los ministerios ordenados, que es la misión de algunos.
           
Es volver a los orígenes del cristianismo y remarcar el sacerdocio común de los fieles, común a todos los miembros de la Iglesia. TODOS los discípulos de Cristo en oración y alabanza a Dios, se ofrecen como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, dan testimonio de Cristo en todas partes y han de dar razones de su esperanza de la vida eterna.
           

La pertenencia a la Iglesia es concéntrica. TODA LA HUMANIDAD de alguna manera se ordena a la salvación de la que la Iglesia es signo, germen e inicio.
Así, los fieles católicos están plenamente incorporados a la Iglesia
Se siente unida por muchas razones con todos los cristianos bautizados aunque no profesen la fe en su integridad o no conserven la comunión con el sucesor de Pedro. El Espíritu Santo actúan también en ellos y los santifica con sus dones y gracias.

También los judíos están ordenados al Pueblo de Dios porque Dios no se vuelve atrás después de haber llamado y dado sus dones.

El designio de salvación comprende también a los musulmanes que reconocen al único Dios Creador y profesan la fe de Abrahán.

Tampoco Dios está lejos de los que lo buscan entre imágenes con sincero corazón e intentan hacer la voluntad de Dios a través de los que les dice su conciencia.

Dios tampoco niega su ayuda a los que los que no lo conocen pero se esfuerzan en vivir con honradez. Por lo tanto, todos están llamados a la salvación que Dios ofrece.
           
            El Concilio plantea que la Iglesia es una COMUNION. Este es el concepto principal que está en muchos de los documentos conciliares y es el mayor aporte del Concilio.

            La Iglesia es un MISTERIO como COMUNIDAD FRATERNA que vive la COMUNION en el amor del Dios Trinidad.
Este misterio se desarrolla en diversos niveles que constituyen CENTROS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN, en orden a edificar la Iglesia.

La familia (DP 582-589) La ley del amor en la familia es la comunión y participación, no la dominación. La familia es una “pequeña Iglesia domestica”.

Pequeñas comunidades (DP 638-643) en las que crece la experiencia de nuevas relaciones interpersonales en la fe y un compromiso con la realidad social del barrio.
            Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) son un modo de ser Iglesia.
Son comunidades porque viven una experiencia de unión, integradas por familias, ancianos y niños, adultos y jóvenes compartiendo la fe y la vida.
Son eclesiales porque son comunidades de fe, esperanza y caridad, en comunión visible con los pastores.
Son de base porque están constituidas por pocos miembros, procurando una vida más evangélica en el seno del pueblo, y en el compromiso por transformar el mundo.
Son un hecho eclesial particularmente latinoamericano.
La parroquia (DP 644) es centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y de movimientos. Es comunidad de comunidades. Está unida al Obispo que confía al párroco la atención pastoral de la comunidad.
            La Iglesia Particular o Diocesis (DP 645-647) es una porción del Pueblo de Dios que se encarna en un contexto socio-cultural, presidida por un Obispo, que a través de su comunión con el Colegio Episcopal y con el Papa, la comunión con la Iglesia Universal.
3. Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal

Cristo para dirigir al Pueblo de Dios instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. Los ministros están al servicio de sus hermanos para que todos, en libertad y orden, lleguen a la salvación.
Así como San Pedro y los demás Apóstoles formaron un único colegio apostólico, asi están unidos el papa, sucesor de Pedro y los obispos, sucesores de los Apóstoles. El volver a descubrir la “colegialidad episcopal” corrigió el unilateralismo papal que había dejado el Concilio Vaticano I en 1870.
Sucedió que el Concilio debió suspenderse por la guerra de unificación de Italia y solo se trató el dogma de la infalibilidad papal sin poder tratar sobre todos los ministerios.

El Concilio Vaticano II insistió en tres grupos que componen la Iglesia:  

Los laicos: viene de “laos” que en griego significa los del pueblo, es decir todos los fieles que pertenecen a la Iglesia por el bautismo somos laicos.

La jerarquía: la componen los que han recibido el sacramento del Orden Sagrado.
Este sacramento tiene tres grados: Obispos, presbíteros y diáconos.

     Los religiosos y religiosas: todos debemos vivir los consejos evangélicos pero algunos hacen una consagración total de sus vidas a Jesús y realizan votos de castidad, pobreza y obediencia. Forman distintas congregaciones, órdenes o familias religiosas según la espiritualidad del fundador o el carisma propio.
4.      Todos estamos llamados a la santidad

La Iglesia no puede dejar de ser santa. Cristo amó a su Iglesia como a su esposa. El se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como a su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios.

Por eso todos en la Iglesia están llamados a la santidad. Jesús predicó a todos sus discípulos la santidad de vida, de la que Él es el autor y consumador: “Sean perfectos como su Padre del cielo es perfecto”.

Es un cambio muy grande para invitar a todos a sentirse parte y participar en la misión de la Iglesia, como a tener un protagonismo activo en la transformación del mundo.
5.      La Iglesia será perfecta al final de los tiempos

La Iglesia solo llegará a su perfección en la gloria del cielo, cuando llegue el tiempo de la restauración universal y la humanidad con el universo entero queden perfectamente renovados en Cristo.

Mientras peregrina en la tierra la Iglesia necesita de una permanente conversión y renovarse siempre en el Espíritu y en la fidelidad al Señor.

Al final de los tiempos cuando Cristo se manifieste glorioso y resuciten los muertos, toda la Iglesia de los santos alabará a Dios, unida y plena en la felicidad del amor de Dios.


SEGUNDA CLASE . Apunte completo: 
La Iglesia según el Concilio Vaticano II

        El Concilio Vaticano II, reunido entre 1962 y 1965, elaboró 16 documentos:

4 Constituciones

Dei Verbum sobre la revelación
Lumen Gentium sobre la Iglesia
Sacrosanctum Concilium sobre la liturgia
Gaudium et Spes sobre la Iglesia en el mundo actual


9 Decretos

Ad Gentes sobre la misión
Apostolicam Actuositatem sobre los laicos
Christus Dominus sobre los obispos
Presbyterorum Ordinis sobre los sacerdotes
Optatam Totius sobre la formación sacerdotal
Perfectae Caritatis sobre la vida religiosa
Orientalium Ecclesiarum sobre las Iglesias orientales
Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo
Inter Mirifica sobre los medios de comunicación social


3 Declaraciones
Dignitatis Humanae sobre la libertad religiosa
Gravissimum Educationis sobre la educación cristiana
Nostra Aetate sobre las religiones no cristianas)

        Hay cuatro documentos fundamentales para una comprensión renovada de la Iglesia:

Lumen Gentium              Constitución dogmatica sobre el misterio de la Iglesia
Unitatis Redintegratio    Decreto sobre el ecumenismo
Nostra Aetate                 Declaración sobre las relaciones con las religiones no cristianas
Gaudium et Spes                       Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual

        Hay 5 elementos de la Lumen Gentium que dan una nueva comprensión de la Iglesia:

6.     Comprende a Iglesia como una obra de la Trinidad (capítulo 1)
7.     Comprende a la Iglesia prioritariamente como Pueblo de Dios (capítulo 2)
8.     Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal (capítulo 3)
9.     Todos estamos llamados a la santidad (capítulo 5)
10. La Iglesia será perfecta al final de los tiempos (capitulo 7)


1.  La Iglesia es la obra de la Trinidad

Dios Padre creó el mundo por una decisión libre y misteriosa de su sabiduría y bondad. Decidió elevar a los hombres a la participación de la vida divina, y tras el pecado les ofreció siempre su ayuda para salvarlos. Este es el plan de Dios: convocar en la Iglesia a los creyentes en Cristo. Esta Iglesia aparece prefigurada desde los orígenes del mundo, preparada en la historia del pueblo de Israel, constituida por Jesucristo, manifestada por la venida del Espíritu Santo y llegará gloriosamente a su plenitud al final de los siglos. Entonces como dicen los Santos Padres Gregorio, Agustín y Juan Damaceno, “desde el justo Abel hasta el último elegido” se reunirán con el Padre en la Iglesia Universal.
            La Iglesia es la gran obra de la Trinidad. El Padre tiene desde siempre un plan de salvación. Vino el Hijo, enviado por el Padre, y para hacer la voluntad del Padre inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos reveló su misterio y nos redimió con su obediencia.
            Cuando el Hijo terminó la obra que el padre le encargó en la tierra, fue enviado el Espíritu Santo para que santificara continuamente a la Iglesia. El conduce a la Iglesia a la verdad total y la renueva sin cesar.
            Así, como dicen los Santos Padres Cipriano, Agustín y Juan Damaceno, toda la Iglesia aparece como el pueblo unido “por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.


2. Primero la Iglesia es Pueblo de Dios y el bautismo es lo común a todos

            “En todo tiempo y lugar ha sido grato a Dios el que le teme y practica la justicia. Sin embargo, quiso santificar y salvar a los hombres no individualmente y aislados, sin conexión entre si, sino hacer de ellos un pueblo para que le conociera de verdad y le sirviera con una vida santa”. Va tomando cada vez más importancia la concepción comunitaria de la salvación y de la Iglesia. Y después de un largo debate los obispos en el Concilio van a decidir poner primero el capítulo 2 sobre lo común a todos los miembros de la Iglesia y luego el capítulo 3 sobre las jerarquía y los ministerios ordenados, que es la misión de algunos.
            Los bautizados por el bautismo y por la unción del Espíritu Santo, quedan consagrados como sacerdocio santo para que ofrezcan, a través de las obras propias del cristiano, sacrificios espirituales y anuncien las maravillas del que los llamó de las tinieblas a su luz admirable. Es volver a los orígenes del cristianismo y remarcar el sacerdocio común de los fieles, común a todos los miembros de la Iglesia. TODOS los discípulos de Cristo en oración y alabanza a Dios, se ofrecen como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, dan testimonio de Cristo en todas partes y han de dar razones de su esperanza de la vida eterna.
            La pertenencia a la Iglesia es concéntrica. TODA LA HUMANIDAD de alguna manera se ordena a la salvación de la que la Iglesia es signo, germen e inicio. Así, los fieles católicos están plenamente incorporados a la Iglesia, aceptan íntegramente su constitución y todos los medios de salvación establecidos en ella y están unidos a Cristo dentro de su estructura visible. La Iglesia se siente unida por muchas razones con todos los cristianos bautizados aunque no profesen la fe en su integridad o no conserven la comunión con el sucesor de Pedro. El Espíritu Santo actúan también en ellos y los santifica con sus dones y gracias. También los judíos están ordenados al Pueblo de Dios porque Dios no se vuelve atrás después de haber llamado y dado sus dones. El designio de salvación comprende también a los musulmanes que reconocen al único Dios Creador y profesan la fe de Abrahán. Tampoco Dios está lejos de los que lo buscan entre imágenes con sincero corazón e intentan hacer la voluntad de Dios a través de los que les dice su conciencia. Dios tampoco niega su ayuda a los que los que no lo conocen pero se esfuerzan en vivir con honradez. Por lo tanto, todos están llamados a la salvación que Dios ofrece.
           
            El Concilio plantea que la Iglesia es una COMUNION. Este es el concepto principal que está en muchos de los documentos conciliares y es el mayor aporte del Concilio.
La Iglesia es una comunión. La Iglesia tiene una misión: predicar la conversión, liberar al hombre e impulsarlo hacia el misterio de comunión con la Trinidad y de comunión con todos los hermanos, transformándolos en agentes y cooperadores del designio de Dios. Cada bautizado es atraído por el Espíritu de Amor, quien le impulsa a salir de sí mismo, a abrirse a los hermanos y a vivir en comunidad. En la unión entre nosotros se hace presente el Señor Jesús Resucitado.
            El don maravilloso de esta vida nueva se realiza en cada Iglesia particular (Diócesis), y también en la familia, en pequeñas comunidades y en las parroquias. Desde estos centros de evangelización, el Pueblo de Dios en la Historia, por el dinamismo del espíritu y la participación de los cristianos, va creciendo en gracia y santidad. En su seno surgen carismas y servicios.

            La Iglesia es un MISTERIO como COMUNIDAD FRATERNA que vive la COMUNION en el amor del Dios Trinidad. Este misterio logra su arraigo y desarrolla su dinamismo transformador de la vida humana en diversos niveles que constituyen CENTROS DE COMUNIÓN Y PARTICIPACIÓN, en orden a edificar la Iglesia y a su irradiación misionera.

La familia (DP 582-589) es imagen de Dios, que en su misterio más íntimo no es soledad sino familia. Dios invita a los esposos a una intima comunión de vida y de amor, cuyo modelo es el amor de Cristo a su Iglesia. La ley del amor conyugal es la comunión y participación, no la dominación. Es en la familia donde se comienzan a vivir los valores evangélicos. La familia es una “pequeña Iglesia domestica”. La oración, el trabajo y la actividad educadora de la familia, deben orientarse a transformar las estructuras de la sociedad, por la comunión y participación entre los hombres y mujeres de una nación. Por eso la familia debe anunciar y denunciar, comprometerse en el cambio del mundo en sentido cristiano y contribuir al progreso, a la justicia y a la paz.

Pequeñas comunidades (DP 638-643) en las que crece la experiencia de nuevas relaciones interpersonales en la fe, la profundización de la Palabra de Dios, la participación en la Eucaristía, la comunión con los pastores, y un compromiso mayor con la justicia en la realidad social de sus barrios y ambientes.
            Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) son un modo de ser Iglesia. ¿Cuáles son sus características?
Son comunidades porque viven una experiencia de unión, conocimiento, escucha en común de la palabra, vida de fe compartida, están integradas por familias, ancianos y niños, adultos y jóvenes compartiendo la fe y la vida.
Son eclesiales porque son comunidades de fe, esperanza y caridad, que celebran la Palabra de Dios y se nutre con la Eucaristía, realiza la Palabra de Dios en la vida, a través de la solidaridad y el compromiso y hace presente y actuante la misión eclesial a través de coordinadores aprobados, manifestando así la comunión visible con los pastores.
Son de base porque están constituidas por pocos miembros, en forma permanente y a manera de célula de la gran comunidad, procurando una vida más evangélica en el seno del pueblo, colaborando en la construcción de un nueva sociedad, en ellas se expresa el pueblo sencillo y se le da posibilidad de participación concreta en la tarea eclesial y en el compromiso por transformar el mundo.
Son un hecho eclesial particularmente latinoamericano.

La parroquia (DP 644) realiza una función integral de Iglesia, es centro de coordinación y de animación de comunidades, de grupos y de movimientos. Es comunidad de comunidades. Aquí se abre más el horizonte de comunión y participación. Su vínculo con la comunidad diocesana está asegurado por la unión con el Obispo que confía al párroco la atención pastoral de la comunidad. Es lugar de encuentro, de fraterna comunicación de personas y bienes, superando las limitaciones propias de las pequeñas comunidades. Es un “segundo” nivel de organización de la Iglesia.

            La Iglesia Particular o Diocesis (DP 645-647) a imagen de la Iglesia Universal, es donde se encuentra y opera verdaderamente la Iglesia de Cristo que es una, santa, católica y apostólica. Es una porción del Pueblo de Dios, definida por un contexto socio-cultural en el cual se encarna. Está presidida por un Obispo, principio y fundamento de su unidad.
            Por ser sucesores de los Apóstoles, los Obispos, a través de su comunión con el Colegio Episcopal y con el Romano pontífice, garantizan la apostolicidad, la fidelidad al Evangelio y la comunión con la Iglesia Universal.

3. Los ministerios como servicio y la colegialidad episcopal

            Cristo para dirigir al Pueblo de Dios instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. Los ministros están al servicio de sus hermanos para que todos, en libertad y orden, lleguen a la salvación. Jesucristo edificó su Iglesia enviando a los Apóstoles como Él mismo había sido enviado por el Padre. Los obispos, sucesores de los Apóstoles, junto con el sucesor de Pedro dirigen la Iglesia.
            Así como, por disposición del Señor, San Pedro y los demás Apóstoles formaron un único colegio apostólico, por análogas razones están unidos entre si, el papa, sucesor de Pedro y los obispos, sucesores de los Apóstoles. El volver a descubrir la “colegialidad episcopal” corrigió el unilateralismo papal que había dejado el Concilio Vaticano I en 1870.
Sucedió que el Concilio debió suspenderse por la guerra de unificación de Italia y solo se trató el dogma de la infalibilidad papal sin poder tratar sobre todos los ministerios.

Nota: Pio IX convoca el Concilio Vaticano I en 1869. En este concilio se aprobó como dogma la infalibilidad papal. En la tercera sesión de abril de 1870 se aprueba la Constitución Dogmática Dei Filius sobre la fe católica. En la cuarta sesión de julio de 1870 se aprueba la Constitución Dogmática Pastor Aeternum sobre la Iglesia de Cristo  que declara el dogma de la infalibilidad papal. El concilio tuvo que ser suspendido en octubre de 1870 cuando el ejército italiano para la unificación conducido por Víctor Manuel II tomó los Estados Pontificios. El 20 de octubre Pío IX los suspende. El Concilio nunca se concluyó.

La Iglesia es Pueblo de Dios y todos sus miembros participan en la misión de Cristo de hacer presente a Dios en el mundo, de comunicar la gracia de Dios a los hombres, de construir el Reino de Dios en la historia. Pero hay distintos carismas en la iglesia. El Concilio Vaticano II insistió en tres grupos que componen la Iglesia:           

Los laicos: viene de “laos” que en griego significa los del pueblo, es decir todos los fieles que pertenecen a la Iglesia por el bautismo somos laicos. Son muchos los ministerios laicales en la Iglesia que abarcan la vida parroquial, el barrio, la familia, la sociedad, el trabajo, la cultura, la educación, la salud, la política, la economía, el arte, la catequesis, la misión, la comunidad, la liturgia…etc.

La jerarquía: la componen los que han recibido el sacramento del Orden Sagrado.
Este sacramento tiene tres grados: Obispos, presbíteros y diáconos.
Dentro de los obispos hay distintos cargos.                
OBISPOS                  Sucesores de los Apóstoles, pastores de una diócesis
PAPA                        Obispo de Roma, sucesor de Pedro
CARDENALES        Eligen al Papa
            ARZOBISPOS          Obispos de una arquidiócesis (diócesis principales)
            NUNCIOS                  Embajadores del Vaticano en cada país
            MONSEÑORES       Título honorífico de obispos y curiales. Se concede a sacerdotes.
Son todos obispos y reciben distintos nombres por las funciones o misión que realizan. Cualquier sacerdote puede ser elegido obispo (hacen la elección los obispos del país y Roma). El Papa es signo y principio de unidad y comunión para todos los obispos católicos.
Cualquier obispo puede ser elegido Papa pero en la práctica se elige un cardenal (hacen la elección los cardenales reunidos en Cónclave). Cardenales, arzobispos, nuncios son todos obispos con distintas tareas organizativas y pastorales. Monseñor es un título honorífico quiere decir “Mi Señor”, puede no emplearse en la práctica
Algunos obispos prefieren ser llamados “Padre Obispo”
Dentro de los sacerdotes hay una diversidad:
PARROCOS             A cargo de una parroquia
            VICARIOS                 Acompañan al párroco
DIOCESANOS         Del clero del lugar, de una diócesis
RELIGIOSOS            Pertenecen a alguna congregación
Son llamados sacerdote, padre, cura. Pastor no se usa (por su raiz protestante) pero lo son por colaborar con el obispo en esta misión de pastorear la Iglesia.
Dentro de los diáconos hay una diversidad:
TRANSEUNTES      Paso previo a ser ordenados sacerdotes
            PERMANENTES     Que serán siempre diáconos
            CELIBES                  Consagrados en el celibato
            CASADOS               Esposos que ejercen el diaconado. Son parte de la jerarquía

Los religiosos y religiosas: todos debemos vivir los consejos evangélicos pero algunos hacen una consagración total de sus vidas a Jesús y realizan votos de castidad, pobreza y obediencia. Forman distintas congregaciones, órdenes o familias religiosas según la espiritualidad del fundador o el carisma propio. Reciben el nombre de Vida Consagrada.
Hay también diversidad:
MONJES Y MONJAS                      Vida monástica (oración y trabajo). Ordenes
            RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS       Vida apostólica (pastoral o inserta). Congregaciones
OTRAS FORMAS                            Institutos de vida secular
Vírgenes consagradas
Ermitaños (viven solos)
Laicos consagrados


6.      Todos estamos llamados a la santidad

La Iglesia no puede dejar de ser santa. Cristo amó a su Iglesia como a su esposa. El se entregó por ella para santificarla, la unió a sí mismo como a su propio cuerpo y la llenó del don del Espíritu Santo para gloria de Dios. Por eso todos en la Iglesia están llamados a la santidad. Jesús predicó a todos sus discípulos la santidad de vida, de la que Él es el autor y consumador: “Sean perfectos como su Padre del cielo es perfecto”.
Jesús envió a todos el Espíritu Santo para que los mueva interiormente. El bautismo y la fe los ha hecho verdaderamente hijos de Dios, participan de la naturaleza divina y son, por lo tanto, realmente santos. Por eso deben, con la gracia de Dios, conservar y llevar a plenitud en su vida la santidad que recibieron.
Para todos está claro que todos los cristianos de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor. En los diversos géneros de vida y ocupación, todos cultivan la misma santidad.
Es un cambio muy grande para invitar a todos a sentirse parte y participar en la misión de la Iglesia, como a tener un protagonismo activo en la transformación del mundo y a hacer que el Reino se haga presente en la realidad actual, mundial, local y planetaria.


7.      La Iglesia será perfecta al final de los tiempos

La Iglesia solo llegará a su perfección en la gloria del cielo, cuando llegue el tiempo de la restauración universal y la humanidad con el universo entero queden perfectamente renovados en Cristo. Mientras peregrina en la tierra la Iglesia necesita de una permanente conversión y renovarse siempre en el Espíritu y en la fidelidad al Señor.
En la comunión de los santos, con nuestros hermanos que ya están en el cielo, consolida más firmemente a toda la Iglesia en la santidad. Por eso alienta el culto de veneración a los santos y en especial a la Virgen María, pidiendo la ayuda de su intercesión. Hace el Concilio unas recomendaciones pastorales para que sea correcta la veneración a los santos y no ocupe el lugar de adoración que se debe a Dios Padre por Cristo en el Espíritu Santo, sino que mas bien lo enriquezca (punto 51 del capítulo 7).
Al final de los tiempos cuando Cristo se manifieste glorioso y resuciten los muertos, toda la Iglesia de los santos alabará a Dios, unida y plena en la felicidad del amor de Dios.
Conceptos fundamentales del Concilio Vaticano II

COMUNIÓN: Unidad en la diversidad, fuerza del Espíritu Santo que hace uno lo diverso, como en Dios Trinidad, una Iglesia reflejo del Dios Trinidad.

PUEBLO DE DIOS: Una familia donde todos son importantes, con distintas vocaciones y carismas, con una identidad común y una misma meta y destino.

DIÁLOGO: Apertura a lo diverso y a lo distinto, dentro de la Iglesia y con otros cristianos, con el mundo y el hombre de hoy, capacidad de lograr el encuentro y aspirar a la unidad.

IGLESIA SACRAMENTO: De la misma manera que Cristo es la manifestación del Verbo de Dios que se hace visible en la humanidad de Jesús de Nazareth así es la Iglesia, la presencia de Cristo Resucitado encarnado en la historia y la obra de la gracia del Espíritu Santo invisible actuando a través de lo visible de la  Iglesia. Cristo es sacramento del Dios Invisible, la Iglesia es sacramento de Cristo. Es el camino de la encarnación elegido por Dios Padre para comunicarse al hombre. Es el modo de obrar de Dios que continúa en la historia.

La Iglesia se autocomprende a si misma de otra manera: pasa de ser SOCIEDAD PERFECTA (definición de Belarmino S. XVI) a ser SACRAMENTO UNIVERSAL DE SALVACIÓN, sacramento de la unión con Dios y entre los hombres (LG 1, 9, 48; GS 45; AG 1, 5; SC 5), es decir, signo e instrumento de la salvación de Dios en la historia.
Esta nueva noción supone un cambio de pensamiento:
-         La Iglesia es un misterio, forma parte del plan trinitario de salvación del mundo
-         Este misterio está presente en la historia como Pueblo de Dios, realidad visible
-         La Iglesia no es la salvación, no es el Reino, sino solo su sacramento, su signo
-         Por ser sacramento es eficaz, fermento de salvación para toda la humanidad
-         El fin de la Iglesia no es ella misma sino el Reino, la unión con Dios y con los hombres

De este modo el axioma clásico: “Fuera de la iglesia no hay salvación” queda reformulado desde otra perspectiva, más positiva: “La Iglesia es el sacramento universal de salvación”. La Iglesia no es la comunidad de los únicos que se salvan, sino el signo de la salvación incluso de aquellos que no pertenecen a ella. Es signo y sacramento de la gracia de Dios que obra en todos lados, que a nadie excluye, que se ofrece a todos, que está presente en toda realidad humana. La Iglesia no es solo el signo de la misericordia de Dios para los que expresamente pertenecen a ella, sino que es la proclamación poderosa de que la gracia ha sido dada ya al mundo. Eso se hace visible en la Iglesia.

El Vaticano II aporto esta visión, que es de los primeros siglos de la Iglesia. (1958 – 1963)                                                                                      
Juan XXIII lo convocó y al fallecimiento del Santo Padre, lo culminó el Papa Pablo VI 

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Convocó el Concilio                                                                                               Terminó el Concilio



INDICE

CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA 
Introducción (1)







Introducción
La Virgen y la Iglesia
Culto a la Virgen en la Iglesia
María, signo de esperanza








del P. Néstor Cruz García